Pues se animaron Juanjo, Joserra y José Ángel, así que desde el campamento nos fuimos al arroyo de Rio para subir por el camino del Refugio a la Peña, cima a cuyas faldas se asienta el pueblo, pasamos la Grieta sin temor y descendimos al camino de Fuente Castro por el bosque de robles y pinos.
Después de reponer fuerzas, pasamos por el pueblo abandonado de Cabañes, camino de Calzada y por los caminos agrícolas regresamos a Villaluenga.
Faltó el cielo azul que suele haber en esta época y que le da esplendor a la ya de por sí magnífica primavera Castellana, pero a cambio hizo una temperatura excelente y no llovió.
